Para los que viven alejados del mundo rural y se les pregunta cómo perciben esos espacios, en una primera aproximación, escasamente reflexiva y cargada de subjetividad, casi siempre lo identifican con una imagen positiva que podemos relacionar con aspectos como tranquilidad, tradición, naturaleza y ambiente saludable y, en definitiva, calidad de vida.

Tambien resulta habitual que los propios rurales hagan gala del privilegio que supone ser testigos de este tipo de fortalezas en su entorno cotidiano.

Mientras, cuando otros piensan en la ruralidad, desde un punto de vista estrictamenente económico, la consideran, generalmente, como algo que impide gozar de un nivel de desarrollo similar al que tienen otros territorios y que, por lo tanto, precisa de actuaciones para modificar esa situación.

En los últimos años, un numero significativo de personas pensaron en el mundo rural para disfrutar de sus tiempos de vacaciones.

En el caso de la Región de Murcia, 2007 supone un aumento en el número de turistas rurales respecto a 2006, lo que expresa una evolución positiva respecto al comportamiento de la demanda que elige el espacio rural como destino turístico.

La comarca del noroeste de Murcia constituye el principal núcleo regional de turismo rural por dos motivos: uno temporal, disfruta desde la primera iniciativa de promoción de turismo rural en la región, de las ayudas para el acondicionamiento de casas rurales a la oferta turística. Y dos, por la extensión y características naturales que le adornan.

Aunque el turismo rural en la Región de Murcia es un fenómeno bastante reciente, desde sus inicios y especialmene en los últimos aÑos ha experimentado un espectacular desarrolo. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, la oferta de alojamientos rurales en 1994 ascendia a 25 con 165 plazas, mientras que en 2007, esta cifra aumentó hasta 460 alojamientos con 2859 plazas, lo que supone sin lugar a dudas un fuerte crecimiento.

En España, el uso turístico de los alojamientos rurales ha sido fomentado y apoyado por las administraciones públicas, que han visto en el turismo una forma de mantener e incluso mejorar las economías de muchas zonas rurales, bastante deprimidas a causa, principalmnte, del continuo declinar de la agricultura.

De esta forma, la actividad turística se plantea como una oportunidad de crear empleo; de mantener, o incluso aumentar, la población de estas zonas y los correspondientes servicios sociales, y de evitar la desaparición de la cultura y las tradiciones rurales. Asimismo, se valora como una posibilidad de intercambio cultural entre las zonas urbanas y las rurales. (Barke, 2004; Canovas y otros, 2004), (Acerca del Desarrollo rural, Perspectivas sobre el Medio rural desde la Región de Murcia; Francisco Carreño Sandoval, Prudencio José Riquelme Perea - ISBN:978-84-691-5889-0)